sábado, 16 de agosto de 2014

Verano junto al río.

 Pocos lugares tan agradecidos en un caluroso día de verano como la fresca ribera de un río peninsular. 

La humedad reinante y la frondosidad de sus bosques, crean un pequeño microclima donde predomina el verdor de la vegetación.





         Pequeños anfibios como ranas, tritones y salamandras tienen aquí su particular refugio.





                                                        Blancas y bellas mariposas.



                                           Una garza real pescando en las cristalinas aguas.

 
 
Pequeños depredadores como garduñas y ginetas buscan cobijo entre la frondosidad del bosque de ribera, moviéndose al amparo de las sombras.
 

 
 
Y aprovechando la humedad reinante después de las tormentas y lluvias veraniegas, un curioso hongo, el Clathrus archeri, de desagradable olor y peculiar forma de estrella en la fase adulta.
 
 




 

 



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