lunes, 28 de octubre de 2013

Pequeños predadores y su entorno. Nutria, gineta y zorro.



 Un pequeño recorrido en imágenes con tres depredadores ibéricos como protagonistas y el hábitat en el que viven.





                                                La nutria (Lutra lutra).




 Afortunadamente, la población de este mamífero adaptado al medio acuático se ha ido recuperando en los últimos años. Para vivir precisa cursos de agua en buen estado, sean ríos, lagos, embalses, e incluso zonas costeras, con peces, anfibios y crustáceos principalmente, que le sirvan de sustento. A parte de eso necesita cierto grado de tranquilidad, aunque puede vivir perfectamente en zonas muy humanizadas. Desarrolla su actividad mayoritariamente por la noche y en los extremos del día, por lo que no es fácil descubrirla.

Imágenes de un río de la vertiente atlántica habitado por la nutria, con una bien conservada vegetación de ribera, pozas y torrenteras en su cauce, y abundancia de fauna piscícola con la que se alimenta: truchas, reos, salmones, anguilas, lampreas, etc.




 
 
 
Otra zona habitada por la nutria, un río con amplio caudal de agua y gran número de ríos y arroyos que desembocan en él.
 
 
 
 
La nutria desarrollando su actividad en el medio acuático:
 


 
 
 
 
                                                                                        
 
 
                                                                                                     
La gineta (Genetta genetta).
 
En los frondosos y sombríos bosques, donde la luz y la sombras se entremezclan entre el follaje de la arboleda, viejos y huecos árboles sirven de refugio a un buen número de animales, entre ellos a la gineta.
 
 

 
 
 
 
Allí permanece recogida nuestra protagonista,  hasta que la oscuridad marca el inicio de actividad para los animales nocturnos.
 
 
 
 
Es entonces cuando la gineta hace acto de presencia, rebuscando en todos los rincones de su territorio alguna despistada presa. Nidos, aves de pequeño y mediano tamaño, roedores y pequeños mamíferos son su especialidad, aunque tampoco desdeña frutos y bayas que pueda encontrar en su deambular nocturno.
Félix Rodríguez de la Fuente la definió en uno de sus capítulos de El hombre y la tierra como la bella matadora, y ciertamente razón no le falta en cuanto a bella.
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                                                                           
 
El zorro (Vulpes vulpes)
 
 
                                                          
Para terminar, el omnipresente y astuto raposo. Uno más de los animales incomprendidos en nuestra fauna que es perseguido con saña por gran parte de los cazadores.
 
El zorro debido a su gran adaptabilidad, es capaz de vivir en casi cualquier hábitat, desde inmediaciones de pueblos y ciudades, que no duda en visitar al caer la noche, hasta terrenos de cultivos, bosques, montañas, zonas áridas y un largo etcétera.
 
El zorro siempre anda de aquí para allá aprovechando todos los recursos alimenticios que pueda aprovechar: insectos, frutillas del bosque, carroña, pequeños mamíferos, topillos, etc. y si está en su mano no dudará en rebuscar vertederos y contenedores de basura para conseguir alimento fácil.
 
Desgraciadamente, no son pocos los zorros que pierden la vida anticipadamente por diversas causas, la mayoría de ellas debido a la acción del ser humano.
 
 
 
 
 
Aquí muestro alguna zona habitual de campeo del zorro, donde se combinan bosques y zonas tranquilas donde encontrar cobijo, con prados alrededor de los pueblos donde merodear en busca de ratones y topillos.
 

 
 
 
También zonas de monte bajo y matorral que sirve de refugio a una de sus habituales presas, el conejo.
 
 
 
 
 
Para terminar, alguna imagen del zorro.
 
 
Un auténtico regalo del cielo para nuestro amigo: comida para varios días después de haberse topado con una res muerta en el campo.
 
 
 
 
Un veterano adulto de buen porte,
 
 
y un joven y sorprendido raposo.
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 


sábado, 19 de octubre de 2013

Punta Carreirón (Isla de Arousa)

 Un buen lugar para disfrutar de un relajado y tranquilo paseo es Punta Carreirón, dentro de la Isla de Arousa, en la provincia de Pontevedra. Este refugio de vida natural, está dentro de la denominada red natura 2000.

En esta porción de tierra en plena ría de Arousa, la especie vegetal predominante es el pino marítimo y pequeñas plantas, alternadas con matorral, capaces de resistir el alto grado de salinidad de la zona.


 
 Pino marítimo (Pinus pinaster)
 
 
Recorriendo pausadamente el perímetro de la isla, podemos contemplar un buen número de aves que utilizan el litoral y la zona de costa para alimentarse.
 
La especie más abundante es sin lugar a dudas la gaviota patiamarilla . Aquí podemos ver como rebusca entre las algas aprovechando la marea baja.
 
Gaviota patiamarilla (Larus cachinans)
 
 
Un suculento bocado, la bonita estrella de mar, sorprendida por la bajamar ha quedado al descubierto,
 
 Estrella de mar (Asterias Rubens)
 
 
situación que no desaprovecha la oportunista gaviota.
 
Gaviota patiamarilla (Larus cachinans)
 
 
Bien hará el cangrejo en mantenerse oculto si no quiere convertirse en el segundo plato.
 
Cangrejo de mar (Carcinus maenas)
 
 
Tampoco será difícil descubrir a garzas reales y cormoranes en sus posaderos, tomando el sol en las primeras horas del día o secando su plumaje después de una jornada de pesca.
 

Garza real (Ardea cinerea)
 
 
 
 
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
 
 
 
 
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) Gaviota patiamarilla (Larus cachinans)
 
 
 
Habitual ver a la garceta común (Egretta garzeta) pescando en la orilla del mar
 
                                                      Garceta común (Egretta garzeta)
 
 
 
 y en laguna de agua dulce la focha común (Fulica atra).
 
Focha común (Fulica atra)
 
 
 
Una tarabilla común (Saxicola torquatus) se deja ver y escuchar en lo alto de un tojo.
 
Tarabilla común (Saxicola torquatus)
 
 
 
 A ras de suelo un colorido tritón jaspeado (Triturus marmoratus) busca su sitio en las zonas más húmedas de la isla.
 
Tritón jaspeado (Triturus marmoratus)

                             
Y con un poco de suerte, también descubriremos algún grupo familiar de delfín mular (Tursiops truncatus)

                                                    Delfín mular (Tursiops truncatus)




Para terminar esta entrada, alguna de las espectaculares puestas de sol que podemos disfrutar desde la isla.



 
 





domingo, 6 de octubre de 2013

Naturaleza en el jardín

 A veces no son necesarias grandes salidas al monte para disfrutar de la naturaleza. Cualquier rincón al aire libre y un poco de paciencia pueden ser suficientes para pasar un rato agradable observando "vida salvaje".

El jardín de casa y los protagonistas que lo visitan o viven en él, puede ser uno de esos rincones naturales.


Las ornamentales y bellas flores del jardín, a parte de dar un toque de color, también crean un pequeño ecosistema del que se sirven multitud de especies, en su mayoría insectos y pequeños vertebrados.










 
 
 
Aquí, los auténticos "capos" dentro del grupo de los invertebrados son las arañas, que utilizan estas  plantas como lugar donde entrelazar sus telas, para luego esperar que algún infortunado insecto quede atrapado en ellas.
 
 






 



Otros seres de extraños ojos, parecen auténticos alienígenas, y se alimentan con las hojas verdes de las plantas.




 
 
 
 
A parte de ellos, multitud de insectos, de diferentes tamaños, formas y colores proliferan entre la foresta del jardín, mostrándonos el inacabable abanico de pequeños invertebrados que aquí viven.
 
 
 

 






 
 
 
  
En la estación húmeda del otoño, setas y hongos aprovechan la materia orgánica para proliferar.
 
 
 
Al caer la noche, con las suaves temperaturas y la lluvia otoñal, los caracoles salen de los rincones sombríos donde han pasado el día para alimentarse y trepar por los tallos de las plantas.
 
 
 
 
 
 
 Un pequeño comedero para pájaros en los fríos días del invierno, ayuda a nuestros amigos alados a sobrellevar la dura estación, y nosotros disfrutaremos de su compañía y vecindad.
 
 
 

 


 

 
 
 
 
Las orugas, con esos pelos urticantes, no dejan de ser una auténtica delicia para algunos pájaros, por lo que bien harán en mantenerse ocultas.
 

 
 
 
Después, tras una curiosa metamorfosis acabarán convertidas en bellas mariposas.
 



 
 
 
Un verrugoso sapo pasa el invierno enterrado en la hojarasca del jardín, y los reptiles aprovechan los rayos de sol para calentarse.
 


 
 
 

 
Algún que otro pequeño mamífero como el erizo común y el topo se alimentan principalmente de los pequeños invertebrados que aquí viven,
 

 
 
y el entrañable "rabbit" visita el huerto para alimentarse de hortalizas y verduras.
 
 
 
 
 
Hasta aquí este pequeño recorrido por el jardín, con protagonistas como estos habitantes que en su mayoría nos pasan desapercibidos y no les damos importancia, pero que sin embargo cumplen una función de suma importancia y forman parte de la rica biodiversidad ibérica.