martes, 13 de enero de 2015

Días de freza.

 
 Frío invierno en un río del noroeste peninsular.
Las nieblas y la helada nocturna se adueñan del paisaje, donde las altas presiones del anticiclón evita que estas se disipen hasta bien entrado el día.


 
 
Bosques atlánticos y de ribera componen el paisaje en este entorno.
 
 
 
 
Avanza el día y poco a poco la niebla se desprende de este mágico paisaje.
 

 
 
 
Aguas limpias, frías y oxigenadas que son elegidas por salmones y reos para el desove anual después de su épico viaje iniciado semanas atrás en el océano.
 

 
 
                                                       Salmón atlántico (Salmo salar)

                                     Reo (Salmo trutta trutta)                                      
 
 
En la orilla, las huellas de una nutria quedan marcadas tras sus corredurías la pasada noche
 
  
y la poza donde se deja ver en las primeras horas del día.
 
                                               Nutria (Lutra lutra).                                             
 
 
Es en estos fríos días cuando ocurre el acontecimiento de la freza, donde reos y salmones depositan sus huevas en los cursos medios y altos de los ríos, como marca esta secuencia de fotos de unos reos: 
  
 
 
Hembra de reo preparando la "cama" escarbando con su cola el fondo de grava, donde posteriormente realizará la puesta.
 

 
 
Apostado en el frezadero, un espectacular macho con la librea característica que poseen en la fase de reproducción
 
 
 
 
 
El macho cortejando a la hembra, rozando su cuerpo con el de ella para incitar el desove,
 
 
 
y finalmente, llegado el momento, la hembra desova las huevas en la cavidad de grava para ser fecundadas por el esperma del macho.