La mezcla del verde bosque atlántico, el discurrir del agua y los tenues rayos de sol de la mañana crean un entorno mágico.
Según transcurre el día, el sol va desapareciendo entre la frondosa vegetación
hasta que al caer la tarde, los tonos grises del otoño se adueñan del entorno.
En este hábitat he podido disfrutar de la nutria las últimas semanas.
Poder contemplar sus zambullidas y buceos es una gozada. Resulta sorprendente como está adaptada al medio acuático.
En la siguiente imagen se ven las orejas diminutas y patas traseras con membrana interdigital, adaptaciones para vivir en el agua.
Aquí, vídeo de una nutria pescando anguilas. Entre el sonido del río, también se escucha a un martín pescador que en esos momentos sobrevolaba por encima de la nutria.
Y otra nutria, con las últimas luces del día, en una poza del curso alto del río.
Para terminar, recorriendo un pequeño río de aguas limpias y cristalinas, todo él rodeado de un magnífico bosque atlántico. Auténtico refugio de naturaleza.