viernes, 24 de enero de 2014

Tea, el río viviente.

 El Tea, río de la vertiente atlántica que tiene su nacimiento en las tierras altas de la provincia de Pontevedra y desemboca en el río Miño, a pocos kilómetros del océano Atlántico.

Un punto caliente de biodiversidad que alberga una rica fauna y valiosos bosques atlánticos.





Vegetación de ribera junto con robledales hacen de este entorno un lugar mágico.
Parece como si las nieblas nacieran aquí...
 

 

 
 
 
 
Un lugar donde los peces vuelan y las aves nadan...
 

                                                                              
                                                                                Reo (Salmo trutta trutta)


                                                  
                                                      Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)


  Multitud de peces, anfibios, aves e insectos viven en sus aguas y riberas, formando un ecosistema donde unas especies se complementan con las otras.


 No será difícil descubrir a la rana verde (Rana perezii), siempre alerta ante cualquier peligro para sumergirse en el fondo del río.




O al mirlo acuático (Turdus merula), asociado a torrenteras y cursos de aguas limpias y cristalinas.





                                    Una garza real (Ardea cinerea) pescando en sus orillas.

 


                                                   Libélulas (Gomphus vulgatissimus)




                                                         Zapateros (Gerris lacustris)

 
 
 
Una especie que no puede faltar en nuestros ríos peninsulares, la trucha común (Salmo trutta fario).
 
 
 
Y en su atalaya de pesca, el martín pescador (Alcedo atthis), esperando a que algún despistado pececillo quede al descubierto.
 
 
 
 
 
El Tea, un río lleno de vida para conservar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



lunes, 6 de enero de 2014

Rabilargos y estorninos en la Sierra de Guadarrrama

 Pasando unos días en la sierra norte de Madrid, el bonito rabilargo (Cyanopica cyanus), me permitió dedicarle una entrada en este blog, compartiendo protagonismo con el estornino pinto (Sturnus vulgaris) y su pariente el estornino negro (Sturnus unicolor).

Aquí una imagen con las tres especies:

 
 
 
El rabilargo (Cyanopica cyanus), con tamaño más pequeño que la urraca (Pica pica) y aspecto parecido, también pertenece al grupo de los córvidos, siendo éste mucho más llamativo y colorido, destacando los tonos azulados de su plumaje y la llamativa caperuza negra.
 


 
El rabilargo se mueve generalmente en grupos, siendo una especie muy sociable, aunque lo más curioso es su distribución a nivel mundial, localizándose una población en el centro y suroeste de la península ibérica y otra población en el sudeste de Asia.
En esta zona de la sierra norte de Madrid, hasta hace unos quince años no se veía ningún ejemplar, y ahora es una especie muy abundante y común. Poco a poco va colonizando más zonas de la península ibérica.
 


 

 
 
 
 
El estornino pinto (Sturnus vulgaris), posiblemente una de las aves más odiadas por el ser humano y considerada como plaga en algunos lugares. Se concentra en grandes bandadas y tiene un carácter muy belicoso y agresivo. A pesar de su menor tamaño, expulsaba sin contemplaciones a los rabilargos a la mínima disputa. Especie migradora que congrega grandes concentraciones de efectivos en invierno procedentes de Centroeuropa.
 
 
 


 
 
 
 
El estornino negro (Sturnus unicolor), relacionado y morfológicamente parecido al estornino pinto, carece de las características pintas blancas del anterior, siendo completamente negro o con alguna pequeña pinta gris menos marcada. Reside todo el año en la península ibérica.
 

 
 
 
 
Y para terminar, esta pequeña nota de color con el herrerillo común (Parus caeruleus)