La humedad reinante y la frondosidad de sus bosques, crean un pequeño microclima donde predomina el verdor de la vegetación.
Pequeños anfibios como ranas, tritones y salamandras tienen aquí su particular refugio.
Blancas y bellas mariposas.
Una garza real pescando en las cristalinas aguas.
Pequeños depredadores como garduñas y ginetas buscan cobijo entre la frondosidad del bosque de ribera, moviéndose al amparo de las sombras.
Y aprovechando la humedad reinante después de las tormentas y lluvias veraniegas, un curioso hongo, el Clathrus archeri, de desagradable olor y peculiar forma de estrella en la fase adulta.
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