viernes, 19 de julio de 2013

Reo (Salmo trutta trutta)

Las abundantes precipitaciones en las montañas del norte y noroeste peninsular dan lugar al nacimiento de infinidad de cursos de agua, pequeños manantiales que discurren entre bosques atlánticos, vestigios de lo que fueron auténticas selvas ibéricas.


 
A lo largo de su transcurrir, algunos de estos pequeños arroyos van creciendo hasta formar verdaderos ríos, impregnando de vida y encanto su entorno,
 
 
 
 
para más tarde, terminar desembocando plácidamente en el mar.
 
 
Es en estos cursos de agua donde desarrolla su actividad reproductora el reo (Salmo trutta trutta), una especie piscícola que vive en el mar y busca el agua dulce para poner las huevas donde nacerán los jóvenes alevines.
 

 
Ya bien entrado el otoño, cuando los árboles se engalanan con los colores de la estación y los hongos proliferan bajo el suelo del bosque,
 

 
 en los ríos la abundancia de lluvias propician las primeras crecidas de la temporada.
 

 
Es entonces cuando los reos remontan el río, en un titánico esfuerzo, superando innumerables obstáculos hasta llegar a los tramos medios y altos de estos cauces. Aquí, con el agua fría y oxigenada encuentran las condiciones óptimas donde realizar la puesta.
 
 
Ya en los frezaderos, donde la hembra realiza un nido en el fondo de grava con la cola, el macho intenta excitarla con sus "caricias", frotando su cuerpo contra el de ella, incitando a que ésta realice la puesta para luego poder fecundar las huevas con su esperma. Al ocurrir debajo del agua, este llamativo acontecimiento puede pasarnos desapercibido, pero es uno de esos preciosos momentos que nos brinda la madre naturaleza:
 
 
 
 
 
 
A su manera, peces y demás seres vivos que nos rodean, también sienten y tienen sentimientos, algo que no es exclusivo del ser humano.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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