aún es posible descubrir la silueta de un inconfundible y espléndido animal:
El ciervo común (Cervus elaphus).
Solamente el porte de este magnífico ungulado ya impresiona. El poder disfrutarlo y verlo de cerca en la naturaleza es algo que queda grabado.
En la siguiente fotografía, un espectacular ciervo. La impresionante cornamenta y el pelaje oscuro le delata como un gran y veterano macho curtido en mil batallas. No hay duda de quién mandaba en el harén de hembras.
Dos jóvenes ciervos machos, llamados "varetos" en algunos lugares por su cuerno de una sola punta que se asemeja a una vara.
Miradas curiosas...
Mamá cierva protectora...
Tierno cervatillo...
Hay un dicho indio que dice: cuando una hoja cae en el suelo del bosque, el oso la huele, el águila la ve y el ciervo la escucha.
Su sentido más desarrollado, el oído, siempre alerta ante cualquier sonido, como estas dos hembras:
¿No será preferible disfrutar de este bello animal en la naturaleza que como trofeo colgado en alguna triste pared?.
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